Te ví sentada en la pileta, esperando. Caminamos, subimos y llegamos a una plaza, me diste torta en la boca mientras hababamos de todo un poco, fuimos felices, sí.
Pasó rápido la noche, bebimos en locales, en la calle, barato, caro, en escenarios y en el suelo...
no importaba el lugar ni la calidad, nisiquiera importó el frio... o que vinieran los pacos, el tiempo pasó rápido, bailamos saltamos y giramos hasta caer una encima de la otra de tanto girar, caminamos de la mano, todo fue perfecto, una burbuja donde cabiamos solo las dos, colorida con glitter y fluor, con sabor a soda y centro de chicle. no existía el mundo, nada podría arruinarnos, desearía que fuera eterno. 10 horas no son suficientes.
domingo, 15 de junio de 2008
jueves, 5 de junio de 2008
La próxima lluvia
La cita era así, quedamos de juntarnos a medio día a media semana, el pronóstico del tiempo anunciaba lluvia, pero nada podría postergar nuestra cita porteña.
Ya era hora, yo iba decidida a pasar un buen rato, saqué del clóset mi paraguas transparente, y aunque llegué veinte minutos tarde, para ella fue mínimo, habíamos esperado mucho por esto.
Qué hacer? El plan era subir por los cerros, sentarnos en un mirador con un ron y cigarros, pero la cuidad está en aguas... un bar añejo nos limitaría a sentarnos y dejaría oculta la belleza porteña , cuando al fin teníamos alcohol, cigarros y cosas para picar, estábamos listas para buscar un lugar que nos cobijara de la lluvia, caminamos por calles estrechas tomadas del brazo, mientras bebíamos ron cola en una inocente botella de bebida, subimos por una calle a los pies del cerro conce, y encontramos una escalera que tenía un pasillo techado arriba... subimos, sin pedirle permiso a nadie, nos sentamos en bolsas plásticas de supermercado y empezamos a consumirnos en alcohol, a confesar secretos, a prometernos amor eterno, bajo la lluvia, hace dos años que nos conocíamos, nuestra relación no era estable ni formal, de hecho no existía como tal, era nada más que un pedazo platónico de affaires recurrentes y distantes, pero en el fondo siempre estuvimos juntas.
caía la tarde, se nos acababa la comida, hablábamos incoherencias, reíamos jugábamos, nuestras narices estaban frías, igual que nuestros pies mojados, pero nada impediría que nos besáramos ahí mientras el cielo caía a pedazos y corría una cascada de barro cerro abajo en adoquines,
entramos más en el pasillo en una especie de balcón que dejaba vista de medio cielo, mientras casi desnudas a la intemperie caía la noche y nuestras lenguas calientes se juraban amor eterno recorriéndonos el cuerpo, mirando la calle mojada y los faroles y como se veían las gotas en la luz llegaba al máximo, tan cerca y tan mía, como si siempre hubiésemos estado juntas, eternas, solas!
prometimos terminar juntas, y que en la próxima lluvia nos esperaba para otra cita de paraguas, nos amaríamos en secreto siempre bajo la lluvia, y volveríamos a esa escalera a leer las promesas escritas con rouge que podríamos olvidad más adelante, cuando al fin bajamos completamente ebrias y con el sostén desabrochado cada una siguió su camino a casa, con la esperanza de que todos los días lloviera para volver a vernos.
Ya era hora, yo iba decidida a pasar un buen rato, saqué del clóset mi paraguas transparente, y aunque llegué veinte minutos tarde, para ella fue mínimo, habíamos esperado mucho por esto.
Qué hacer? El plan era subir por los cerros, sentarnos en un mirador con un ron y cigarros, pero la cuidad está en aguas... un bar añejo nos limitaría a sentarnos y dejaría oculta la belleza porteña , cuando al fin teníamos alcohol, cigarros y cosas para picar, estábamos listas para buscar un lugar que nos cobijara de la lluvia, caminamos por calles estrechas tomadas del brazo, mientras bebíamos ron cola en una inocente botella de bebida, subimos por una calle a los pies del cerro conce, y encontramos una escalera que tenía un pasillo techado arriba... subimos, sin pedirle permiso a nadie, nos sentamos en bolsas plásticas de supermercado y empezamos a consumirnos en alcohol, a confesar secretos, a prometernos amor eterno, bajo la lluvia, hace dos años que nos conocíamos, nuestra relación no era estable ni formal, de hecho no existía como tal, era nada más que un pedazo platónico de affaires recurrentes y distantes, pero en el fondo siempre estuvimos juntas.
caía la tarde, se nos acababa la comida, hablábamos incoherencias, reíamos jugábamos, nuestras narices estaban frías, igual que nuestros pies mojados, pero nada impediría que nos besáramos ahí mientras el cielo caía a pedazos y corría una cascada de barro cerro abajo en adoquines,
entramos más en el pasillo en una especie de balcón que dejaba vista de medio cielo, mientras casi desnudas a la intemperie caía la noche y nuestras lenguas calientes se juraban amor eterno recorriéndonos el cuerpo, mirando la calle mojada y los faroles y como se veían las gotas en la luz llegaba al máximo, tan cerca y tan mía, como si siempre hubiésemos estado juntas, eternas, solas!
prometimos terminar juntas, y que en la próxima lluvia nos esperaba para otra cita de paraguas, nos amaríamos en secreto siempre bajo la lluvia, y volveríamos a esa escalera a leer las promesas escritas con rouge que podríamos olvidad más adelante, cuando al fin bajamos completamente ebrias y con el sostén desabrochado cada una siguió su camino a casa, con la esperanza de que todos los días lloviera para volver a vernos.
martes, 3 de junio de 2008
Indulgencia
Para el menor, una madre machista permite que vendan su alma, claro pero si fuera la respetable señorita heterosexual viriginal y hogareña, no tendría perdón ni de lucifer, porque estoy lejos de esos adjetivos.
Me apena, que por malagradecida no me tenga de su lado, podría ser su esclava...
prefiere ser mi cárcel.
El precio que pago por tener ideas propias y poco tradicionales es muy alto, el precio que pago por tener voz, el precio que pago por ser sincera y gritar les inconformismo basado en sueños, que no entienden... para que molestarme más, he pasado muchos malos ratos ya estoy di-fónica!
Me da pena...
Indulgencia al ladrón! Hoguera a la lesbiana perra ninfómana adicta liberal!
ojalá un barco venga a buscarme...
quizá tome mi carretilla y vague, pero yo no aspiro a vida de vaga... necesito mecenas.
Me apena, que por malagradecida no me tenga de su lado, podría ser su esclava...
prefiere ser mi cárcel.
El precio que pago por tener ideas propias y poco tradicionales es muy alto, el precio que pago por tener voz, el precio que pago por ser sincera y gritar les inconformismo basado en sueños, que no entienden... para que molestarme más, he pasado muchos malos ratos ya estoy di-fónica!
Me da pena...
Indulgencia al ladrón! Hoguera a la lesbiana perra ninfómana adicta liberal!
ojalá un barco venga a buscarme...
quizá tome mi carretilla y vague, pero yo no aspiro a vida de vaga... necesito mecenas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)